CUANDO UN PAISAJE DIBUJA UNA ARQUITECTURA

No es habitual que una agencia haga una entrevista al propietario de una casa, pero, al encontrarnos con un edificio realmente diferente en Benarroch Real Estate tuvimos la curiosidad de preguntar como nació semejante proyecto y con la autorización de la propietaria publicamos este encuentro que tuvo lugar este invierno. Esperemos que lo disfrutéis de la misma manera que nosotros.

Usted vivía en Paris y hace unos años atrás lo dejó y construyó una casa … ¡en Ronda!

R: ¡Sí, cambié de paisaje y de vista! del Arco del Triunfo en el centro de París a esta vista que descubren aquí hoy!

Cuéntenos…

R: Decidí cambiar de vida, y como tenia la suerte de ejercer una profesión que requiere disponibilidad y viajar mucho, organicé mi vida para viajar y volver cada vez a un lugar diferente, que me renovara y me permitiera continuar con mis investigaciones y pericias.

¿Y por qué, o cómo, Ronda?

R: Creo que son los lugares los que también nos eligen: existen los recuerdos de la infancia, Marruecos, España y ese idioma materno español en un país donde se hablaba francés, árabe, castellano. Solo eso ancla a uno en varias dimensiones.

Pero fue un flechazo lo que desencadenó algo que luego entendí como una evidencia.

Cuando dejé París, la intención no era convertirme en agricultora y tener campos de olivos y viñedos. Soy merchante de arte y tengo la suerte de vivir transmitiendo obras impresionistas y modernas. Sabia que mi oficio no cambiaría y por ello esta ubicación tan especial.

En París abría las ventanas y veía el Arco de Triunfo y las victorias napoleónicas inscritas en ese Arco como un recordatorio constante de la Historia de Roma y la de Francia entre 1800 y 1821. Cuando me enseñaron el terreno donde se sitúa, hoy, esta casa quedé deslumbrada por el paisaje y el cuadro en vivo que tenia frente a mi. Acababa de vender una obra de un gran pintor francés, Gustave Courbet, un paisaje de montañas pintado en suiza al final del siglo XIX. Lo interpreté como un guiño y pensé que solo un paisaje tan virgen y grandioso, un verdadero cuadro, podría hacerme olvidar y distraerme de la belleza de París que tanto amaba.

Pero aún así, se decidió por construir una casa contemporánea…

R : Eso fue el reto: empezar desde cero, no seguir los pasos de nadie y crear algo que fuera un homenaje diario a estas vistas deslumbrantes.

Esta casa obtuvo una licencia de obra en un paraje denominado como «Parque Natural Inconstruible, Protección 4» y solo esto significaba muchas restricciones que se respetaron al pie de la letra. Desde el inicio el paisaje se impuso como elemento principal de la arquitectura. Por ello, me deje guiar por dos ideas muy claras: seguir la trayectoria del sol desde el amanecer hasta el atardecer, lograr que el exterior este siempre presente a dentro de la casa y no intentar competir con este paisaje fuera de lo común. También ayudo la gran suerte de trabajar con Kourosh Mohsnipour, un arquitecto reconocido por su talento y su gran cultura. Como lo puede ver, logró crear un espacio íntimo y grandioso al mismo tiempo, haciendo que la Sierra de Grazalema sea la protagonista en el salón y el cielo en cada habitación.

¿Pero esta construcción, estos materiales, esta inspiración? ¿El jardín, el riego en verano, las infraestructuras técnicas de la casa?

R: Aquí también prevaleció el mismo deseo de rendir homenaje a este entorno: pedir consejo a artistas, encargar piezas a medida. Cuidar de cada detalle porque no había nada «estándar». Así fue para tres de los baños, pero también para la terraza y su cascada, para el mural, una escultura pintada que se ve al entrar en la casa y bajando la escalera al salón que es el eje de la casa, las puertas, los candelabros, la grifería, las luces. Cada elemento fue diseñado y elaborado, firmado por el artista. Y cuando no era el caso, se buscaron piezas hechas en muy pocos ejemplares.

¡Hay que intentar ser único en un lugar único! ¡Seguro que es una deformación profesional!

Lo bonito es que haciendo algo diferente cada uno se involucró con cariño e imaginación y los artesanos de Ronda se volcaron en cada momento porque para ellos también era un reto.

En el jardín también era necesario mantenerse en un segundo plano y dejar que las vistas destaquen, ante todo. Se escogieron plantas resistentes que cubren el suelo, sin adornos, sin césped, y rosales blancos llamados Iceberg… ¡una ironía en Andalucía!

Un diseño que respectaba las pendientes muy fuertes del terreno y que ponía en valor la inmensidad y las vistas. Después de unos años me preocupé por el tema del riego, porque en Ronda llueve mucho y de manera intensa y en verano casi nada; consulté a un ingeniero agrónomo y se instaló un sistema sofisticado de recogida de las aguas de lluvia desde el techo de la casa, que luego se bombean a unas balsas flexibles donde se almacena el agua. Así llevamos años regando con agua de lluvia y el agua municipal solo se usa para abastecer la casa.

¿Y usted… cómo vive aquí a diario?

R: Casi de la misma manera que vivía en París. Es una casa de ciudad con mucho confort, pero en un entorno que cambia constantemente y que tiene muchas enseñanzas.

Vivimos en una época en la que todo parece posible, pero vivir en un lugar donde la naturaleza impone su ritmo, desde el crecimiento de las plantas hasta el canto de los pájaros o los cencerros de las ovejas por la noche, es una lección de modestia.

No vine aquí para reclamar un regreso romántico a la naturaleza, me fascinó un paisaje y ¡fue él quien me enseñó la naturaleza! Pero tranquilícese… ¡salgo! Voy a la ciudad (tardo 10 minutos en coche desde la casa al aparcamiento en el centro) casi todos los días, me gusta mirar a la gente, intercambiar con ella, tomar una copa, visitar a amigos que tienen bodegas donde se esmeran en hacer vinos cada vez mejores y pensar que este arte de vivir aún está preservado aquí gracias a gente que cuidan de la comida, del aceite, de plantas. El paisaje me enseñó mucho y la gente aquí mantiene vínculos que cada vez existen menos en otros lugares. ¡Podemos hablar de un ecosistema!

Nuestra última pregunta: ¿y hoy por qué quiere usted vender su casa ?

R : Dejé Marruecos, luego Suiza, luego París y ¡ahora Ronda ! Nuestras vidas cambian, hay que saber dejar los lugares que hemos amado y reinventarse en un sitio nuevo.

Prefiero la palabra transmisión a la de venta. No solo vendo obras de arte, soy mas bien la intermediaria que las ubica en otro lugar para que sigan contempladas por otros.

Siempre hay algo mejor, por supuesto, pero a través de lo que usted percibe hoy en esta casa, espero que otros sentirán el encanto y el privilegio de vivir en un entorno intacto y salvaje.  Fíjese en la sabiduría de las palabras:  en español, en francés, en inglés, en italiano… se dice y escribe «obra» para describir un cuadro, una escultura y … ¡una construcción!

Ver el artículo completo en Inmobiliaria Benarroch Marbella