Desde Benarroch inmobiliaria y a través de nuestro servicio especializado Alquiler y Tranquilidad enfocado a propietarios te recomendamos que tengas en cuenta los siguiente parámetros a la hora de fijar el precio de la renta para alquileres de larga estancia. De esta manera podrás obtener lo que llamamos el precio técnico de tu vivienda.
En el Mercado
El principal punto de referencia que debemos de tener en cuenta es la situación del mercado. Conocer los precios que se manejan, la media que se puede pedir por una vivienda de tus características, son conceptos que tienes que conocer antes de fijar el precio, lo que recomendamos es que nunca pongas tus necesidades económicas por encima de la realidad del mercado.
En la zona
El lugar donde se encuentre la vivienda es otro de los factores que marcará en qué rango de valores situar el precio. Según la zona donde esté ubicado tendrá un valor u otro, por ejemplo, el valor de una vivienda de carretera playa en Marbella será diferente al de una vivienda de carretera montaña, entendiendo como carretera la Nacional 340 a su paso por la población.
En el estado del piso
Un inmueble recién pintado o con reformas siempre hace que se revalorice. Además, para ganar enteros, siempre puedes despersonalizarlo, quitando todos aquellos objetos personales, hacer que brille, limpiando a fondo todo o reordenarlo, sólo dejando lo esencial, lo que llamamos home staging.
En la competencia
Las viviendas situadas en zonas con gran volumen de pisos similares y disponibles, tendrán que ajustar su precio más que si la oferta es escasa. La oferta es la que determina en estos casos.
La realidad es que imponiendo un precio superior al precio técnico tardarás una media de 81 días en alquilar la vivienda, y lo que ocurrirá, como se muestra en el primer gráfico, son cortos periodos de alquiler con amplios plazos en los que la vivienda estará vacía u ocupada por un posible inquilino no pagador, mientras que con una renta basada en el precio técnico, se logrará que la vivienda se alquile en menos tiempo (unos 15 días) y que el inquilino se quede el mayor tiempo posible, garantizando el pago y maximizando así la rentabilidad.